domingo, 24 de mayo de 2009

Tres Horas con Mario


x Waldo Waldellis Semblanza de Mario Benedetti. Su compromiso con los desposeídos del mundo, su poesía para la Revolución, quedan para siempre en la memoria de los latinoamericanos

Su cuerpo diminuto, echado sobre la cama del hospital, y sus ojos torcidos mirándome, con gesto de incomodidad; la sonrisa, como de sorpresa; el gesto, con un remilgo de alguien jodido, pero con tiempo para atender aun visitante anónimo. Así fue como me encontré a Mario Benedetti, en una habitación del Doce de Octubre al abrir la puerta Luz, su compañera, que de manera tan amable y cómplice dio inicio a tres horas de lujosa y poco convencional conversación. “Bueno Mario, te dejo en compañía de este joven, mientras voy a hablar con tu médico”.

“Tu eres el amigo de Jacinta, el chileno…coge una silla anda, siéntate a mi lado, que poco puedo moverme”. Nada más sentarme al lado de su cama, cogió un bote de su mesilla, de esos para la orina, y moviéndolo como quien mueve un cascabel, jugando, me dice “mira, por esto estoy aquí”; en su interior estaba la piedra que le habían sacado de la vesícula, se la había pedido al cirujano para tenerla de recuerdo

Así fue, Luz, quien moriría de Alzheimer en abril de 2006, me dejó a solas con uno de los más grandes poetas en lengua castellana, a solas con el hombre de cuyas lecturas bebieron y se hincharon el pecho en el fragor de muchos combates miles de revolucionarios latinoamericanos, digamos, que fue, es y será el escritor de cabecera de dos generaciones de comunistas, junto a Omar Cabezas, Roque Dalton, Eduardo Galeano, Ciro Alegría, Manuel Escorza, entre otros que pusieron literatura a las descargas de fusil.

Los estudiantes chilenos, que son el testimonio más cercano que tengo, guardaban en sus morrales, muy en el fondo, el Inventario, y releyéndolo hasta ajar las páginas, se dirigían a recibir los palos de la policía de Pinochet, digamos, como quien lee las últimas páginas de una biblia profana y rojiza antes de ir a morir, como exhalación, como medio de salvación, como una dosis extraordinaria de valor, de inspiración. .. “la poesía es un arma cargada de futuro”, cantó el vasco Gabriel Zelaia.

Muchas son las anécdotas de aquel encuentro; me contó los detalles más increíbles del rodaje de El lado oscuro del corazón, donde brevemente interpretó a un marinero alemán comiéndole la oreja a una prostituta argentina, siempre en la teutona e ininteligible lengua; sus preferencias literarias… no le gustaba ni Neruda ni De Rokha, pero confesó ser admirador de Miguel Droguett, para mi sorpresa. De su infancia en Paso de los Toros y Tacuarembó, de su asombroso nombre completo: Mario Orlando Hamlet Hardy Brenno Benedetti Farugia, de sus múltiples canazos , de los exilios, y claro, de su tremenda poesía.

Infatigable cronista, desde joven trabaja en multitud de publicaciones, dirigiendo, creando, peleando contra los discursos dictatoriales; su relación siempre amorosa con la Cuba revolucionaria, le lleva a dirigir la Casa de las Américas. La isla, también acogería uno de sus exilios.

En Uruguay, siempre al lado de los Tupamaros, adhiere al Frente Amplio de 1971 representando al Movimiento de Independientes 26 de Marzo, hasta que, tras el golpe de estado de 1973, debe marchar hacia Buenos Aires.

Benedetti pasó por Lima, Buenos Aires, Madrid, Palma de Mallorca, Cuba, México en un exilio que parecía interminable; pero, afortunadamente, interminable es su legado literario, sus poemas, inteligentes, descarnados, pero también humorísticos, irónicos y desmedidamente humanos, retratan la profundidad de los procesos, las relaciones, en un mosaico que reflejan las entrañas de nuestra América negra, indígena y popular. Sus poemas amorosos, quedan en la memoria de los amantes que lucharon juntos, que sufrieron y tuvieron sueños reales de libertad.

Te quiero

Tus manos son mi caricia
mis acordes cotidianos
te quiero porque tus manos
trabajan por la justicia
si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos
tus ojos son mi conjuro
contra la mala jornada
te quiero por tu mirada
que mira y siembra futuro
tu boca que es tuya y mía
tu boca no se equivoca
te quiero porque tu boca
sabe gritar rebeldía
si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos
y por tu rostro sincero
y tu paso vagabundo
y tu llanto por el mundo
porque sos pueblo te quiero
y porque amor no es aureola
ni cándida moraleja
y porque somos pareja
que sabe que no está sola
te quiero en mi paraíso
es decir que en mi país
la gente viva feliz
aunque no tenga permiso
si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.

Táctica y Estrategia

Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos
mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible
mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos
mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón
ni abismos
mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple
mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.

Poemas de incalculable nostalgia, sobre la vida del que tiene una impronta, un desapego a los convencionalismos, y explica de manera certera el devenir de la existencia.

Pasatiempo

Cuando éramos niños
los viejos tenían como treinta
un charco era un océano
la muerte lisa y llana
no existía
luego cuando muchachos
los viejos eran gente de cuarenta
un estanque era océano
la muerte solamente
una palabra
ya cuando nos casamos
los ancianos estaban en cincuenta
un lago era un océano
la muerte era la muerte
de los otros
ahora veteranos
ya le dimos alcance a la verdad
el océano es por fin el océano
pero la muerte empieza a ser
la nuestra.

Hagamos un trato

Compañera
usted sabe
puede contar
conmigo
no hasta dos
o hasta diez
sino contar
conmigo
si alguna vez
advierte
que la miro a los ojos
y una veta de amor
reconoce en los míos
no alerte sus fusiles
ni piense qué delirio
a pesar de la veta
o tal vez porque existe
usted puede contar
conmigo
si otras veces
me encuentra
huraño sin motivo
no piense qué flojera
igual puede contar
conmigo
pero hagamos un trato
yo quisiera contar
con usted
es tan lindo
saber que usted existe
uno se siente vivo
y cuando digo esto
quiero decir contar
aunque sea hasta dos
aunque sea hasta cinco
no ya para que acuda
presurosa en mi auxilio
sino para saber
a ciencia cierta
que usted sabe que puede
contar conmigo.

Nuevo canal interoceánico

Te propongo construir
un nuevo canal
sin esclusas
ni excusas que comunique por fin
tu mirada
atlántica
con mi natural
pacífico.

Las torturas, desapariciones, los regímenes de terror en la Latinoamérica de los uniformes fue materia fundamental para su poética; poemas largos, fluviales, que remeciendo conciencias fueron abarcando el imaginario popular del continente; fueron pasto y savia nueva para generaciones de combatientes.

El jubilado

El torturador
ya retirado
se sienta frente al mar
en los atardeceres.
la gaviota planea
y a él le molesta un poco
una libertad
tan arbitraria.
hay dos o tres barcos
que ocupan todo
el horizonte
quiere decir adiós
a esos que parten
pero de pronto
no sabe bien por qué
su mano
es
un muñón.

Allende

Para matar al hombre de la paz
para golpear su frente limpia de pesadillas
tuvieron que convertirse en pesadilla,
para vencer al hombre de la paz
tuvieron que congregar todos los odios
y además los aviones y los tanques,
para batir al hombre de la paz
tuvieron que bombardearlo hacerlo llama,
porque el hombre de la paz era una fortaleza
Para matar al hombre de la paz
tuvieron que desatar la guerra turbia,
para vencer al hombre de la paz
y acallar su voz modesta y taladrante
tuvieron que empujar el terror hasta el abismo
y matar mas para seguir matando,
para batir al hombre de la paz
tuvieron que asesinarlo muchas veces
porque el hombre de la paz era una fortaleza,
Para matar al hombre de la paz
tuvieron que imaginar que era una tropa,
una armada, una hueste, una brigada,
tuvieron que creer que era otro ejercito,
pero el hombre de la paz era tan solo un pueblo
y tenia en sus manos un fusil y un mandato
y eran necesarios mas tanques mas rencores
mas bombas mas aviones mas oprobios
porque el hombre de la paz era una fortaleza
Para matar al hombre de la paz
para golpear su frente limpia de pesadillas
tuvieron que convertirse en pesadilla,
para vencer al hombre de la paz
tuvieron que afiliarse siempre a la muerte
matar y matar mas para seguir matando
y condenarse a la blindada soledad,
para matar al hombre que era un pueblo
tuvieron que quedarse sin el pueblo.

Poemas humorísticos, llenos de sarcasmo, inteligencia, y las combinaciones más realismomágicas dotaron a los “Refranívocos/signitos” de Benedetti de un peso notable en la poética-política de los 80´ en Latinoamérica:

Compensaciones

Ojo por ojo
Lente por lente

Facilidades

A enemigo que huye
Puente de lata

Resistencia

No hay peor gordo
Que el que no quiere huir

Tardía

La madurez
llega
con su relámpago
de sabiduría
cuando uno
ya no tiene
donde caerse sabio.

Madrigal en cassette

Ahora que apretaste
la tecla Play
me atreveré a decirte
lo que nunca
osaría proponerte
cara a cara.
Que oprimas de una vez
la tecla Stop.

Once

Ningún padre de la iglesia
ha sabido explicar
por qué no existe
un mandamiento once
que ordene a la mujer
no codiciar al hombre
de su prójima.

Compañias

Dime
con quién
andas
y te diré
go home

Intensidad

Quien
pecho
abarca
loco
aprieta

¿Nunca Mas?

Ya era tarde
cuando el cuervo
de Poe
tomó conciencia
de que no era
principista
sino
tozudo

Así pues, la literatura y la poesía revolucionaria, esa que carece de adornos pero que dice verdades como puños, se queda sin uno de sus mayores cultores. Sus novelas, ensayos, guiones teatrales, canciones y poética son el legado para las futuras generaciones de luchadores. Se marcha una de las grandes figuras de las luchas latinoamericanas, hasta siempre Don Mario!

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